Hoy he estado leyendo un artículo en internet sobre, como todos los años, un estudio del volumen de pasajeros, destinos preferidos, aeropuertos de más tráfico, etc... Me ha llamado mucho la atención que tras Madrid y Barcelona, el aeropuerto de Bilbao es el que soportó el mayor número de salidas este verano. Desde enero a junio 2.117.148 pasajeros han pisado el embaldosado de "La Paloma", lo cual significa un aumento de un 6,3% con respecto al ejercicio pasado.
En verdad, en verano, este volumen se reparte desde junio hasta septiembre, no siendo agosto (como antiguamente hacían nuestros padres) la fecha standard de todos los viajeros. Es decir que, haciéndose de forma escalonada, las maletas no se agolpan a la espera de ser facturadas. Peroooo... ¿Qué ocurre en semana santa? Excepto aquellos envidiables viajeros que se pueden pegar el lujazo de tomarse la semana de pascua, el resto de mortales esperamos largas colas el fatídico jueves santo. Voy a empezar a llamarlo "bloody thursday", porque las prisas y las largas esperas hacen que los ánimos de los congregados se caliente un pelín.
Los dos últimos años no me ha quedado otro remedio que acudir a el aeropuerto a primera hora de la mañana cuando abren sus puertas e independientemente de la hora de mi vuelo (ya me entendéis, si el vuelo es por la mañana). Es el único modo de evitar:
- Perder mi avión esperando largas colas, las cuales cruzan de lado a lado el hall principal donde se realiza la facturación. Ojo al dato, es pequeño de cojones...
- Que me rebanen los tobillos con los carritos de las maletas en un intento de colarse descaradamente.